jueves, 29 de marzo de 2012

Exposición "Un espacio para el libro" en la Biblioteca General de la Universidad de Zaragoza



La Universidad de Zaragoza ha reabierto la Biblioteca general, cerrada desde hace casi seis años por obras, y lo ha hecho con una muestra de medio centenar de documentos históricos, de los siglos XVI al XIX, entre ellos un manuscrito medieval descubierto recientemente.

En la muestra "Un espacio para el libro: el patrimonio bibliográfico de la Universidad de Zaragoza", que se ha inaugurado con motivo del día de San Braulio, patrón de la institución académica, se pueden ver 46 documentos, entre ellos seis manuscritos, seis incunables y 34 impresos de los siglos XVI al XVIII, que nunca habían sido expuestos al público. La idea es que este espacio sea una exposición permanente para ir mostrando al público el fondo patrimonial de la institución, que dispone de una de las mejores colecciones históricas de España, y la primera de Aragón, por la calidad y cantidad de sus obras, con más de 40.000 volúmenes, entre ellos 416 manuscritos y 406 incunables.

La Biblioteca general de la Universidad zaragozana se cerró al público en septiembre de 2006 cuando comenzaron las obras de rehabilitación del Paraninfo, desde donde se trasladaron los fondos a otros lugares y lugar al que, a partir del pasado verano, comenzaron a volver para montar todos los espacios. Así, a la antigua sala de lectura, que mantiene su mobiliario del siglo XIX y donde estudiaron los estudiantes de Medicina hasta los años setenta cuando su Facultad se trasladó al campus de San Francisco, seguirán la apertura de la biblioteca pública, para información, consulta y préstamo, el espacio dedicado a los investigadores y los sótanos para guardar la colección del fondo histórico.

El documento más antiguo que se expone data del año 1.300, un texto de escritura gótica cursiva, en lengua romance, que fue encontrado por el propio Abad el pasado verano durante el traslado y cuando repasaba una serie de carpetas de correspondencia, entre ellas una que había sido legada por un prestigioso filólogo e historiador de la literatura Francisco Yndurain, fallecido en 1972. El manuscrito se refiere a un pleito de comerciante de Estella (Navarra) en el que se quejaba de que cuando iba a la localidad navarra de Sangüesa le cobraban por cada caballería que llevaba.

Otros documentos curiosos que se pueden ver en la exposición son uno referente a la "monja alférez" de 1770, una "joya" ya que sólo existen dos fuentes bibliográficas para consultar esa historia, ha agregado.
Además de un incunable con miniaturas de la "Divina Comedia" de Dante Alighieri, impreso en venecia en 1491, un tratado de equitación con grabados de María Eugenia de Beer, una de las pocas mujeres que firmaron sus creaciones, que fue imprimido en Madrid en 1643 y un libro con un frontispicio grabado por Rubens, editado en Amberes en 1637. El más nuevo que se exhibe es una edición sobre la Duquesa de Villahermosa de finales del XIX, impreso en Aragón. 

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