Elena
Cabrerizo no hace sino impresionar al espectador, tan claramente y con tal
impronta, que más parecen sus obras como una parte de la propia verdad de la
Naturaleza, pues nos permite sentir principalmente las suaves y tan
particulares ráfagas del lugar y de la estación. Como Millet , sigue la lección
de los maestros y bebe en las fuentes de la verdad: porque sus pinturas
meditativas difunden un clima de serenidad que unifica sus elementos. Es sobria
en la composición, pero con un estilo de altos vuelos, de manera que su
pintura, sobre todo, habla al espíritu. Paisaje del alma al que hay que mirar
como naturaleza, que diría Rilke, a propósito de Cézanne.
Palacio
de Montemuzo
C/ Santiago, 34
Zaragoza
Martes
a sábado de 10 a 14h y de 17 a 21h. Domingos y festivos de 10 a 14h. Lunes
cerrado.
Del
13 de Febrero al 31 de Marzo de 2013
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