Esta
exposición reúne 52 obras de arte que abarcan desde el final del siglo XV hasta
el principio del siglo XVIII, en un recorrido que realza el relato de lo que el
artista o su mecenas deseaban comunicar a través de ellas, adecuándose a los
gustos de la época y reviviendo los temas que se transmitían con su
contemplación. La muestra trata del arte como mensaje, como transmisión de
conocimientos y relato de las historias que componen el ideario íntimo de una
sociedad que evoluciona a la vez que evoluciona su pensamiento, su comprensión
de la vida y sus creencias.
Cada
pieza cuenta una historia, pero también cada soporte empleado, sea piedra o
lienzo, sea tabla o papel, sea madera o cobre, y ahí radica su excepcionalidad.
El relato pagano y el relato sacro se ensamblan en un objetivo común, que es
contar la historia de un momento de transición desde el Renacimiento al
Barroco, expresado en tapices, esculturas, pinturas en lienzo, tablas o cobres,
esmaltes, grabados y edificios de belleza singular, únicos en la historia del
arte, que Ibercaja ha preservado y ofrece para la contemplación del público.Cómo
eran las mujeres en el siglo XVI, cómo aprendía la tradición todo aquel que no
sabía leer o cómo manifestaban los nobles su poderío económico. A todo esto
responde la exposición Historia y mitos. Piezas escogidas en la colección
Ibercaja. La muestra presenta el arte no sólo como contemplación de la belleza
sino también como mensaje y como el relato de una sociedad que evoluciona. Las
52 piezas que se exponen pertenecen a los siglos del XV al XVIII, en soportes
tan diversos como tapices, mobiliario, escultura, pintura, retablos, grabados,
etc. Pero la selección se ha realizado porque las piezas contienen un
"relato cruzado, es decir, lo que cuenta su propio argumento y lo que nos
cuenta de la sociedad del momento". Es la "historia del arte como la
historia del mundo", en palabras de Magdalena Lasala, responsable del
Programa del Programa de Educación y Cultura de Ibercaja.
El
propio Patio de la Infanta inicia el recorrido de la exposición. Este emblema
del esplendor renacentista zaragozano muestra seis tapices de Flandes que
narran la Historia de Dido y Eneas y, al mismo tiempo dan a conocer en qué
contextos se utilizaban, por qué se crearon o por qué fueron desterrados.
En
la misma planta se puede ver una gran fotografía de una reproducción del Patio
en su Estancia en París desde 1905 a 1958, como tienda del anticuario Ferdinad
Schutz antes de que Ibercaja lo comprase y lo trasladase a Zaragoza; y piezas
de mobiliario: un arcón castellano del siglo XVI y dos sitiales góticos de
cajón o un escritorio de Salamanca sobre taquillón, genuina representación del
mobiliario español antiguo.
Ya
en la sala de exposiciones temporales, las primeras piezas que se exhiben son
esculturas centradas en la imaginería religiosa, figuras realistas que tenían
un fin didáctico y evangelizador. Aquí destacan una Virgen con niño y Virgen
entronizada con el Niño, conocida como la Virgen de El Quexigal por encontrarse
en esa finca castellana de Cebreros y que fue comprada por la entidad en una
subasta. También tienen un lenguaje propio los retablos y los relicarios.
La
pintura tiene especial interés. Se incluyen sobre tabla, sobre lienzo y en
cobre. Están representadas las escuelas castellana, aragonesa y flamenco con
piezas como El baño de Betsabé o Huida a Egipto; y cómo la mitología deja paso
a la pintura costumbrista con Mercado italiano. En cuanto al cobre, son
excepcionales los 12 sobre la Historia del Rey David. También en la sala pueden
verse la pintura en esmalte del Taller de Daroca, un retablo de la pasión, dos
grabados y unas fotografías de edificios recuperados por Ibercaja, como son el
actual Museo Camón Aznar y la Casa de los Huarte en la calle Dormer.
Patio
de la Infanta. Centro de Exposiciones y Congresos de Ibercaja
C/ San Ignacio
de Loyola, 16
Zaragoza
Lunes
a jueves de 18 a 21. Viernes de 18 a 22h. Sábados de 11 a 14 y 18 a 22h.
Domingos de 11 a 14h.
Del
7 de Marzo al 14 de Julio de 2013
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