La exposición "Íberos. Nuestra civilización antes de Roma", organizada por la Fundación la Obra Social de "la Caixa", en colaboración con el Ayuntamiento de Zaragoza, se aloja en una carpa situada en la Plaza del Pilar, de 400 metros cuadrados de superficie, donde permanecerá hasta el día 13 de junio.
Una amplia muestra que incluye numerosos elementos representativos de la época, vasijas, monedas, herramientas, muestras de escritura, exvotos, maquetas de fortificaciones... La exposición ofrece un panorama muy completo sobre los pueblos íberos con explicaciones sencillas y una selección de materiales de interés para todos los que quieran saber más sobre la Historia de este conjunto de pueblos
que ocuparon el sur, levante y nordeste de la Península Ibérica en la Edad del Hierro.
En ella se explica una de las partes históricas de la cultura española, que dio nombre a la Península Ibérica. Dos grandes torres que simulan la entrada a un antiguo pueblo íbero flanquean la entrada a la exposición, donde se puede ver una reproducción a tamaño real de la Gran Dama Oferente del Cerro de los Santos (Albacete), cuyo descubrimiento junto a la Dama de Elche en 1897 despertó en toda Europa el interés por esta cultura.
En "Íberos. Nuestra civilización antes de Roma", que nace de la exposición titulada "Los íberos, príncipes de Occidente" con la voluntad de mostrar una visión actualizada de dicho mundo, se pueden ver reproducciones científicas de obras de arte, maquetas, proyecciones audiovisuales, fotografías y grabados.
La exposición consta de unas ochenta piezas, todas ellas reproducciones, y de tres escenografías, como son una casa, el taller de un alfarero y la tumba de la Dama de Baza (Granada), con una escultura funeraria y el ajuar, colocado tal y como se encontró en su día. Está dividida en varios apartados, el primero se dedica al contexto histórico, es decir, geográfico y cronológico de la historia de los íberos, que comenzó a finales del siglo VI antes de Cristo y finalizó en el siglo I antes de Cristo, cuando fue absorbido por el poder político y cultural de Roma.
La organización militar y las formas de gobierno de un pueblo que fue sustancialmente guerrero; la vida cotidiana, con sus actividades agrícolas, ganaderas o de artesanía; la escritura y el comercio; el urbanismo y la arquitectura y la religión y el mundo funerario completan la exposición.
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